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Hechicero

El ojo indiscreto

¿Quién la vio primero?

¿Quién la vio primero? No se ponen de acuerdo. Aunque esto es habitual entre Europa y Estados Unidos. Ya sabes, el agua de Marte sin embotellar (y no sabemos aún si con o sin burbujas). Lo que sí se sabe es que está helada.

La confirmación del hallazgo ha sido un gran paso para la mejor comprensión del universo. Lo que ya no lo es tanto es el afán de darle sentido restrictivo a ese verbo tan feo que es orbitar, y que unos y otros sólo conjugan en algunos de sus tiempos, como por ejemplo, yo hubiera o hubiese orbitado primero.

Nélida, siempre de riguroso negro, es la abuela de este local. Hace unos minutos pasó por aquí, y malhumorada, me preguntó, refiriéndose al agua del planeta rojo, si habían encontrado algún langostino dentro. Luego me soltó:

- Si no fueron capaces de sacarle una fotografía a un pavo de verdad, ¡cómo te van a enseñar Marte!.

Para ella es una broma, un montaje hollywoodiense. Le he explicado que esto no es cosa de los americanos, que han sido los europeos; y que la Luna la ganaron los estados Unidos, pero Marte lo van a conquistar los del viejo continente, aunque tengan que resucitar a Cristóbal Colón. Ella me dijo que se iba a echarle un ojo a la nevera, no fuese a ser que ya estuvieran aquí los marcianos y Spielberg no se haya enterado. Yo creo que no, que no se fue a la nevera, que se fue a la cama (por la hora).

Tienes razón, me preocupa que haya vida en Marte. Más que nada por lo que puedan pensar ellos de nosotros.

Lo que vale un libro

Lo que vale un libro Hoy fui a la librería a comprar un libro. ¡Me asustó su precio!.

Nunca se ha establecido su cuantía en función de la bondad de sus contenidos. Así vale lo mismo un volumen lleno de ideas geniales que uno repleto de basura, -pesa lo mismo un pensamiento sublime que uno repugnante-. Está claro que lo que determina su valor es la calidad del papel, de la encuadernación, o de las tapas.

Se supone que el caviar es caro por su escasez. Pero también las ideas buenas son escasas y sin embargo cuestan lo mismo que las malas (y con frecuencia menos). Yo llamaría anormal el hecho de que pese tanto una idea de Platón como otra de, pongamos por caso, Pepito Del Palo, o de Hechicero (si publicase); pero se trata de una anormalidad sin remedio.

Estamos ante la ley de la oferta y la demanda. Y atendiendo a esta ley económica hay quien compra los libros por metro lineales, para llenar una estantería; y el que los vende al peso, para deshacerse de ellos por falta de espacio en su biblioteca.

No creo que las medidas de peso y longitud sean las más adecuadas. Tendría que existir una medida del talento.

Sabemos transplantar un hígado, pero no sabemos curar un catarro; sabemos pesar el estiércol, pero no la calidad.

Abajo el kilogramo.

El toro de Osborne

El toro de Osborne De casi todas las banderas de España que se exhiben por el mundo ha desaparecido el escudo constitucional para ser sustituido por el toro de Osborne.

Las tropas españolas en el exterior exhiben más la enseña, símbolo de virilidad, que la reglamentaria. De esto podemos concluir que los españoles actuales no nos caracterizamos por un gran patriotismo, porque de ser así la imagen patria sería sagrada. Más bien nos caracterizamos por un eclecticismo festivo y, por que no decirlo, bastante bestia.

Otras banderas no soportarían esta prueba. Me estoy imaginado la gallega con una gaita a un lado de la franja diagonal, y un plato de pulpo en la otra; la ikurriña con una sardina de Santurce encima; o, la senyera catalana con una butifarra en el centro.

Si alguien osara desfilar de esta guisa, se expondría no sólo a la ira institucional (seguro que los gobiernos autónomos denunciaban una conspiración promovida por el centro), sino también de los militantes radicales (que es predecible como tratarían a dichos portadores y al objeto portado).

Por otro lado, de adoptar el toro definitivamente, yo sugeriría que fuese acompañado de una vaca, ya que tenemos que tener en cuenta el creciente número de mujeres que se incorporan al ejército, y que igualmente, su fertilidad, se ha de encontrar representada.

Y para acabar, si tú eres un nostálgico que suspira aún por los viejas formas; consuélate pensando en los ingleses, que se ponen su bandera a modo de calzoncillos antes de emborracharse concienzudamente, y vete tú a saber en qué estado de revista termina la madre patria.

¿Hay agua en Marte?

¿Hay agua en Marte? Si ayer era martes, hoy será Marte (que está de moda).

En lugar de devanarme los sesos por entender el Macbeth de Shakespeare, me pregunto ¿qué pasará si resulta que no hay agua en Marte?. ¿Qué va a ser de nosotros?. ¿Y si su superficie no es tan quebradiza como dicen?. ¿Y si la atmósfera no es tan polvorienta como pensábamos?. ¿Y si allí hay movimientos sísmicos?. ¿Qué vamos a hacer de nuestras vidas?.

Parece que el Tío Tom, después de estabilizar la economía americana a costa de terceros, se ha decidido a asaltar definitivamente Marte, (que por algo es cowboy). Y en eso está: descifrar si el eje de rotación marciano ha experimentado tumbos caóticos a lo largo de la historia. Un proyecto de tal envergadura económica que sólo el oro negro del Golfo, (y no niego que algo de eso también tenga el Moro), permite llevarlo a cabo en pequeñas dosis.

Resulta tranquilizador este interés por las misiones espaciales. Tranquilizador porque en nuestro planeta no queda nada que hacer. Tranquilizador porque no hay terrorismo internacional. Porque no hay desigualdades. No hay pobreza. No hay analfabetismo. No hay hambre. Tranquilizador por los extraordinarios avances en la cura del cáncer, el sida o el paludismo, en cuya investigación no se recortan presupuestos.

Si encontramos agua en Marte arreglaremos con ella los problemas de hambre de las dos terceras partes de la Humanidad. Claro que como no la encontremos, ¿Qué será de nosotros?.

Martes, 13

Martes, 13 De mi época de estudiante en Santiago, me quedó, entre otras muchas cosas, la amistad de Frank.

Él siente pánico por los martes, cuando van acompañados del 13. No le falta razón. Una vez, en la infancia, cayó en la acera cuando salía de misa y partió un diente. En otra ocasión cuenta que perdió la cartera con 500 euros, a pesar de que es de los que la lleva atada con una cadenita al botón del bolsillo interior de la chaqueta.

Pero no te creas, no acaban ahí las cosas. La única vez que se le ocurrió ir ver un partido de fútbol al estadio, un balonazo le rompió las gafas y estuvo a punto de dejarlo ciego de un ojo.

Así que cuando coincide esa fecha y ese día de la semana en el calendario, ahora opta por no salir a la calle. Y en casa, procura no moverse de un sillón, en donde lee para matar el tiempo. Está tan preocupado por el asunto, que lo primero que hace a principio de cada año es consultar la agenda para ver si habrá alguno de esos días nefastos. En las pasadas fiestas ya me contó que los tenemos en enero, abril y julio. Por fortuna, septiembre, octubre y diciembre se salvan; por poco, pero se salvan.

Esto de los números gafes está bastante extendido en todo el mundo. Empezando por España y por sus hoteles, (lugares que conozco bastante bien), que carecen de habitación con terminación 13. Y terminando por la capital del mundo, Estados Unidos, que en todo son más radicales, y no existe la planta número trece.

Me enteré hoy en las noticias de la televisión que no todas las culturas tienen las mismas creencias. En China, por ejemplo, es el número 4, que se pronuncia casi igual que la palabra muerte. Y en Cantón, por lo visto, es el 14 que se pronuncia de la misma manera que muerte segura. En Nueva York, me decía Frank, los cantoneses evitan atravesar por la calle 14. Él sí que paseó por ella, y , contra todo pronóstico, (teniendo en cuenta su historial), no le pasó nada. Pero claro, Frank no es chino.

Más por menos

Más por menos Hay tres grupos de personas en nuestro primer mundo. Los que gastan su dinero en Navidad y Reyes. Los que lo hacen ahora en las rebajas. Y los últimos, los que se lo gastan siempre. Para salirse de esta clasificación hay que vivir en otras latitudes, como por ejemplo, Sierra Leona, un país sin ningún interés porque está siempre en rebajas.

Cada año las televisiones repiten la misma imagen. Una masa humana adentrándose en unos grandes almacenes porque han comenzado las ansiadas rebajas.

Esta imagen me recuerda el asalto a la Virgen del Rocío. Los romeros se apelotonan para tocarla, aún a costa de salir con un esguince de tobillo. Los días restantes del año la Virgen sigue estando allí, pero claro, como ya no hay cola para verla, no va nadie.

Y que me dices de los pubs de moda. En primer lugar, te sirven tarde; en segundo, es imposible mantener una conversación; y lo peor, tienes un alto porcentaje de probabilidades de que te caiga un ron con cocacola por el hombro. Sin embargo vamos todos. Te has fijado que incluso oyes decir: A ese sitio no vamos que no hay nadie. ¡Pero hombre de dios! Si no hay nadie te podrás sentar donde quieras, te servirán al instante, conversarás sin forzar las cuerdas vocales y no te caerá nada encima, salvo que tu pareja explote de felicidad (pero ese ya es otro tema).

Pero volvamos a las rebajas, que de eso va el artículo de hoy. Una vez que Daniel o Patricia regresan de ese lléveselo que está todo a mitad de precio , necesitan alardear de lo bien que les ha ido en la sus nuevas adquisiciones. Huye de ellos en ese momento, que si te alcanzan, te compadezco:

- Mira que pasapurés tan chulo me he agenciado. Adivina lo que me costó. ¡Échale! ¡Échale!.

Y tú claro, le echas. Como quieres quedar bien, multiplicas por tres su valor estimado, y el otro, muy satisfecho, te dice la mitad de ese precio, con lo cual sabes que sí hizo una buena compra. ¿O sería el de las rebajas el que hizo una buena venta?.

Taquilla XX en abierto

Taquilla XX en abierto Todos hemos visto los anuncios de colonia. Sí, los mismos que entran por el ojo, pero que pretenden despertar el olfato. Fijémonos en unos pocos.

Instant de Guerlain es el instante del orgasmo que disfruta una impresionante rubia vestida de noche ante un ventana por efecto de un postrado varón.

¿Hacia qué atrae Attraction de Lancôme a las bellas cabezas de la pareja del beso inverso y horizontal a unos 60 centímetros de un 69?

Night, de Emporio Armani, aporta el contorsionismo y el rojo saturado como representaciones anatómicas y cromáticas de la pasión. En veinte segundos aparece la pareja en varias posturas.. ¿será el "aquí te cojo, aquí te mato"?.

Sensi, de Giorgio Armani, tumba a una señorita en un banco pero, aunque haga el puente, aquello no es gimnasia sino abandono.

La bellísima modelo de Paco Rabanne pour elle, hace saltar uno de los eslabones en el brazo, uno de éstos se convierte en gota de colonia, le cae sobre el cuerpo y resbala hasta entrar en el ombligo. Lo que siente, a tenor de la expresión, es muy reconocible.

Y en cuanto a El agua de Rocío, de Vittorio y Luchino, ¿se puede ser más explícito?. Una mano masculina restriega una rosa por la cara y el cuello de una joven que de pronto decide cogerlo y lo deshace en líquido.

El Classic de Gaultier parte la pantalla como un armario de dos cuerpos para que gays y lesbianas salgan a la luz con imágenes que juntan bocas y cuerpos del mismo sexo.

... Ha sido la exclusiva taquilla XX, más cara, en abierto y para todos los públicos, que se ha emitido en horario comercial en las cadenas generales de TV estas navidades.

Interrogantes

Interrogantes Esta tarde daba gusto pasear por las calles de mi ciudad, con tanto movimiento de gente haciendo sus compras, paseando o esperando la llegada de los Reyes Magos con toda su parafernalia y majestuosidad.

Mientras disfrutaba del espectáculo humano, pensaba en mis grandes objetivos para este nuevo año. Y llegué a la conclusión de que debía dejarme de cambios radicales y de esos buenos deseos (sí, los que todos sabemos: que se acabe la guerra y el hambre en el mundo). No debía pensar en utopías y sí en realidades; así que nada de alardear con metas irrealizables. Concluí que lo mejor es vivir el momento y ser lo más coherente posible y justo en mis acciones de cada día.

El problema llegó más tarde, aquí en el trabajo. María, la pequeña de la casa, me preguntaba acerca de los Reyes.

¿Cómo le explico a ella, por ejemplo, que si están en el Nacimiento como figuritas de cerámica, pueden por arte de magia ser capaces de traer así sin más una muñeca de Famosa o un Scalextric?. ¿Cómo puedo explicarle a ella que vengan en un lado a caballo, en otro en barco, en otro en helicóptero, en otro en limusina, en otro en tabla de windsurf?, y ¡además a la misma hora!. ¿Cómo explicarle también, que puedan leerse todas las cartas de todos los niños en tan poco tiempo?, y ya puestos, ¿cómo pueden controlar las cosas buenas y no tan buenas que se hacen durante todo el año para premiar con este o aquel regalo?. ¿Lo deciden solos, tienen jurado popular, hacen juicios rápidos los Reyes de Oriente?. Y los pajes, ¿qué me dices de los pajes?; seguro que no tienen ni convenio, ni un comité que los represente, ni cenas de empresa (¿de verdad se puede ir a comer tranquilo con el jefe?). ¡Un lío!, vamos.

¡Que viene la bruja!

¡Que viene la bruja! En Italia no se celebra la Noche de Reyes, pero es una bruja llamada Befana quien trae los regalos el 5 de enero. Montada en su escoba vuela por encima de los tejados de las casas y deja los últimos regalos de la Navidad a los niños italianos. Aunque es una tradición romana se ha extendido a todo el país.

:: Es deformación profesional el que os hable de Befana y no de Sus Magestades. No olvideis dejar un calcetin esta noche ... ¡Y que los brujos os traigan muchos regalos!.

Mamá, no quiero ser pulpo

Mamá, no quiero ser pulpo Pequeño, con barba, traje de ejecutivo y con una amplia sonrisa siempre en sus labios. Es Nemesio, el comercial de una empresa del sector eléctrico de la zona. Él siente la irrefrenable necesidad de dedicar jornadas de su asueto a la pesca. Será por su naturaleza, por respirar la brisa marina, o por aburrimiento, pero el caso es que se lanza caña en ristre en busca de una lubina con la que armar una cena y presumir luego ante familiares y conocidos.

Él ayer me contaba la siguiente anécdota. Ocurrió en Vigo, su ciudad natal. Durante la madrugada de una noche de verano, un padre y un tío pescan con potera en compañía de su hijo y sobrino respectivo.

El interés de estos se centra en los calamares, pero los pinchos del niño prenden en un desafortunado pulpo que pasaba por allí. Los dos caballeros abandonan sus artes y se lanzan a por las del niño y su correspondiente cefalópodo.

El padre, tenso como el capitán Ahad cuando le echa el ojo a Moby Dick, dictamina que para acabar con la vida de estos animales hay que morderlos entre los ojos; así que no duda un instante en aplicarle la dentamia al bicho. Poco después es el tío quien toma la iniciativa y concluye que no, que para matarlos hay que golpearlos contra una roca; y allá que se ponen los dos haciendo del pulpo una estera.

Como todavía les pareció poco el castigo, ambos comenzaron a dar frenéticos saltos sobre el animal como si estuviesen cerrando una maleta.

El niño, que los observaba callado, encontró un hueco en la matanza para expresar sus deseos: “Yo lo quería para un acuario”. Los hombres se miraron estupefactos, y un quinto personaje, que había sido testigo de la tortura, aventuró la posible solución: “¡Rápido! ¡Que alguien llame a un veterinario!.

La pregunta que me hago es si el veterinario llegaría a tiempo.

Mundos paralelos

Mundos paralelos Son tiempos de excesos. Excesos en un lado del mundo, en un país, en un barrio, en una calle.

En el otro lado tenemos a Li Pao, a la que sus padres cambiaron por una lavadora; a los niños hambrientos, los enfermos, los torturados, lapidados, ablacionados y masacrados; tenemos a los maltratados, a los viejos, o a los que son víctimas del terrorismo.

Y ante esas situaciones extremas de desamparo y miseria, aparecen, aprovechando estos días de excesos, las campañas que claman por la solidaridad y la apertura de nuestras conciencias adormiladas.

Hace poco, las campañas se reducían al Día de la Banderita, la cuestión del Cáncer, el Domund y el rastrillo de Unicef. Daba gusto porque podías atenderlas a todas. Te pinchaban en la solapa para que el personal viese lo sobrado que ibas de generosidad y dormías como un bendito.

Hoy son tantos los que apelan a tu sensibilidad más recóndita que se hace casi imposible discernir cuál de esas campañas es más justa o más necesaria. Son tantos los maratones solidarios que es inevitable plantearse la honradez de quienes los crean, en una sociedad plagada de “nuevos negocios” (lease chorizos).

Adiós 2003

Adiós 2003 A los que les gusta la página, a los que no; a los que me conocen, y a los que no....

FELIZ AÑO 2004

Cierro los ojos y pido un deseo: haced vuestro esto y ¡colaborad!, aunque sea sólo con un comentario.

Recuerda que este espacio tiene sentido y continuidad mientras tú estés aquí, como lo haces ahora.

Gritos en la noche

Gritos en la noche España es el segundo país más ruidoso del mundo. Sólo nos gana Japón por seis estruendos. Existe una Ley del Ruido, pero que sólo sirve para tener más disposiciones incumplidas que antes de su promulgación.

Una viuda madrileña está planteando acciones para que se reconozca el ruido de la movida como causante de la muerte de su marido. El hombre, ante la impotencia de mitigar la sondas que se colaban en su domicilio, se deprimió de tal forma que acabó fulminado por un infarto.

En mi última salida nocturna pude observar como otros noctámbulos tenían unos extraños comportamientos. Y es que estaban empeñados en auto-realizarse a base de proferir los berridos más estridentes, como los orangutanes que vi en mi visita al zoo de Barcelona, y de causar el mayor daño posible al mobiliario urbano, como las termitas. Se comprende que el nivel de ruido sirva también para medir el nivel de educación de una sociedad. ¡Y ahí somos los segundos!. Por la cola, claro.

Mi vecina del primero, que sufre continuas jaquecas los sábados noche a causa de esos ataques sónicos, me ha comentado que la explicación reside en que cada vez es menor la edad media de quienes trasnochan, y por tanto todo se debe a un problema de infantilismo. Ella a propuesto en el ayuntamiento que estos chicos salgan acompañados de sus padres o de una institutriz. Pero mucho me temo que este organismo haga caso omiso, o más aun, omisísimo, ¿o debería decir oídos sordos?.

El rey Baltasar desfila en tercer lugar

El rey Baltasar desfila en tercer lugar ENCUESTA DEL CIS de julio:
- el 44 % de los españoles cree que hay bastantes inmigrantes iberoamericanos en España, pero no demasiados.
- el 40,6 % de los españoles se inclina a pensar que sí, que son demasiados.
- el 60 % sienten antipatía por los marroquíes.

:: Esa es la encuesta.

Pero los conceptos bastante y demasiado, son difusos y enmascaran fobias y rechazos. La pregunta debería hacerse de forma directa: "¿Le repatean los sudacas?”. En la mayoría de los casos estoy convencido de que la respuesta sería: “¡Hombre, por Dios!. No diga eso. ¿Con lo bien que nos llevamos desde Colón!”.

La antipatía por los marroquíes es como la que experimenta Carod Rovira, de ERC, cuando le hablan de Estado Español. ¿Es racista Carod?. Me temo que sí: como todos, cielo, como todos.

Teniendo en cuenta que al ídolo Eminem, (que para los que no lo sepan, no es un caramelo, sino un cantante), se le ha descubierto una canción titulada Las mujeres negras son tontas, y considerando que el rey Baltasar siempre desfila en tercer lugar, que cuando las cosas van mal decimos que el panorama está muy negro, que un marrón es sinónimo de problemas, que nos ponemos ropa negra cuando estamos de luto, que sólo a un santo negro se nos ocurre llamarle Fray Escoba, que en las películas los primeros en morir son los amigos negros del prota, y que la elegida para futura reina fue Leticia y no Francine Gálvez; la conclusión salta a la vista: Carod Rovira es uno de los nuestros.

Las prendas de la discordia

Las prendas de la discordia ¿Cuántas veces hemos criticado desde Occidente la intransigencia y las imposiciones de la ortodoxia musulmana, como por ejemplo en lo que supone la obligatoriedad del velo?. Muchas.

Ahora es Occidente quien por decreto ha prohibido que el tanga sobrepase la altura de los tejanos en las (¿los?) adolescentes, y el uso del velo que siguen por convicción y sin coacción ciudadanos libres.

Es más de lo mismo, pero al revés. Lo más triste es que esto suceda en un país que lleva enarbolando desde hace dos siglos, los tres conceptos más conocidos de la historia: libertad, fraternidad e igualdad.

¿Querrán los occidentales, con Francia a la cabeza, volver a los sistemas educativos de Pol Pot, stalin o Mao? ¿Qué es lo que realmente aterroriza a los franceses? ¿El tanga, el velo, o el pensamiento que cubren esas prendas?.

Feliz Navidad

Feliz Navidad FELIZ NAVIDAD a los que disfrutan con ella. Para los que son unas fiestas entrañables y cristianas en las que la familia se reúne en torno a una mesa bien provista. Para los que se reparten regalos, recuerdan tiempos pasados y seres queridos. Para los que encienden la chimenea y decoran la casa con verdes y rojos, con platas y oros, con muérdago y abetos más o menos artificiales. Un encanto.

FELIZ NAVIDAD también para los que la detestan porque ven en ellas un mero pretexto para que se desencadene la mayor orgía de consumo del año. Para los que aborrecen su parafernalia, los encuentros forzados, la obligación de mostrarse dichoso y sonreír al vecino insoportable. Para los que odian las comilonas indigestas y eternas, las listas de regalos. Un horror.

Por cierto, la postal es del lector más joven de la página (por lo menos del que yo tenga noticia). Manuel, con diez años nos desea a todos Feliz Navidad...

El misterio de la chaqueta

El misterio de la chaqueta Cruzando la calle, me encontré con mi amigo Antonio. El no es un hombre como lo soy yo, o lo puedes ser tú. Él es político. Un experto en la problemática rural de una de las comarcas de la zona y responsable de esa área. Aproveché para preguntarle por la chaqueta.

Resulta que un buen día, y sin que estuviese en el guión, el alcalde de la comarca en cuestión, le solicitó un informe a la policía local para avalar la compra de una chaqueta. La policía parece ser que entendió que era su deber y se puso manos a la obra para hacer dicho informe, que le debería servir al gobernante como prueba sólida para dedicar un dinero a la compra de una chaqueta, que para más broma, resultó ser de mujer.

La compra parece ser que se hizo con todo el rigor que conlleva una adquisición municipal de bienes tangibles. Y así, mientras se preparaba el informe, la chaqueta fue comprada en un comercio de la zona por la módica cantidad de 1200 € (tampoco se va a comprar una chaqueta mala para el invierno) y , a continuación, se le dio registro de entrada a la factura por la vía formal en dicho ayuntamiento. Y así quedaba cancelada la parte oficial del asunto.

Pero para los ciudadanos que han sabido del caso comenzaron las intrigas y las especulaciones. Una de esas especulaciones, sin duda la más importante, era quien sería la destinataria de esta chaqueta civil oficializada. Las malas lenguas, que las hay, especularon con la posibilidad de que el alcalde tuviese una amante, pero extraña la claridad legal que se le dio al asunto. Otra incógnita es lo que responderá el aludido, cuando la oposición requiera detalles de este hecho.

Pero Antonio, me ha dejado con las dudas: hay que esperar que avancen las cosas, para saber más de este caso. Si no le conociese, por su respuesta diría que era político.

Tras la buena suerte

Tras la buena suerte Era agosto. El sol caía a plomo. Iba camino de la playa. Levanté la vista hacia el panel donde habitualmente nos muestran los más sugerentes conjuntos íntimos de mujer. Pero lo que encontré allí fue la calva más gélida y conocida de este país. Abrigado hasta la nuez, como un ángel negro de mirada profunda, misterioso, y rodeado de un aura azulado, Clive Arrindel, lanzaba con un aliento invernal los números de la suerte para Navidad.

La expectación del sorteo, y el ansia por adivinar la combinación ganadora, lleva a muchas personas a la locura irracional. Muchos, mediante ritos, llegan a las cifras de la suerte. Otros lo hacen mediante el sueño. Hay quien realiza los cálculos más absurdos para llegar a las conjeturas más ridículas. Y también tenemos los que siguen el rastro baboso de un caracol o están abonados al mismo número desde siempre. Son los números bonitos, los feos, los altos, los no tan altos, los bajos, los supersticiosos, los matemáticos, los intuitivos. María, Tomás, Santiago y muchos otros siguen el consejo del célebre bacteriólogo francés Nicolle, que en su día, comparó el azar con una dama a punto de escoger al hombre que será su esposo: El azar sólo favorece a quien sabe cortejarlo.

Y así desde 1763, hemos contribuido a llenar las arcas del Estado.

Suerte ! Y si alguno de vosotros es el afortunado, que no dude en compartirlo con un servidor.

¿Has visto mi coche?

Las cafeterías, los bares son lugares de reunión donde se encuentran los vecinos, los amigos y se habla de cosas, a veces de interés. En estos lugares también ocurren historias que rara vez salen a la luz. Lo que os voy a relatar sería de poca credibilidad sino estuviese avalado por el local en el que esta tarde decidí aliviar el frío otoñal con una taza de café.

A esta cafetería, me contaba el camarero, se acercó un cliente habitual la pasada tarde-noche con la intención de pasar un buen rato. Habló largo y tendido con los demás clientes que fueron viniendo y marchando. Pero también le iba metiendo al cuerpo unas cervezas al principio, y unos licores, más tarde. Posiblemente esas combinaciones, no muy amistosas para el equilibrio, fueron las que prepararon el terreno para la desconfianza y el despiste más absoluto.

Cuando ya la cosa iba alta de copas y larga de palabras, nuestro protagonista decidió marchar. Y una vez fuera del local, miro y volvió a mirar, pero no consiguió encontrar su automóvil. Los camareros de la cafetería y otros clientes, que aún quedaban por allí, le sugirieron, entre risas, que debería mirar bien por si acaso.

Pero el hombre, después de volver a mirar, entendió que, o bien alguien se lo robara, o bien alguien se lo había escondido para gastarle una broma. Poco a poco, como la cosa se puso más fea y el coche no aparecía, decidió llamar a la Guardia Civil, que se acercó allí en unos minutos. Después de atender las explicaciones del interesado, los agentes comprobaron que el coche estaba en las inmediaciones. Eso si, nuestro amigo tuvo que volver a casa a pie.

Y?. Fijaros dónde aparcáis el coche antes de una noche de excesos.

¿Te gusta la velocidad?

Si tanto te apetece jugar con tu vida, échate a correr como un loco con tu bólido gris metalizado, para probar si alcanza los dosciéntos por hora en cualquier céntrica avenida de tu ciudad. No te abroches el cinturón, tendrás más posibilidades de no sobrevivir. Si puedes, tómate varias copas, no menos de tres, y fúmate algo. Acelera todo cuanto puedas con la música a todo trapo para no enterarte de los sonidos de otros vehículos que osan circular por donde tú lo haces. No respetes los semáforos, ni los stop, ni las rotondas. Y si al final soy yo tu víctima, sólo te van a retirar unos meses tu carnet.

Sólo queda el pequeño detalle, de que, en una sociedad libre como la que ambos estamos, yo aún no quiero morir.