Blogia
Hechicero

Mundos paralelos

Mundos paralelos Son tiempos de excesos. Excesos en un lado del mundo, en un país, en un barrio, en una calle.

En el otro lado tenemos a Li Pao, a la que sus padres cambiaron por una lavadora; a los niños hambrientos, los enfermos, los torturados, lapidados, ablacionados y masacrados; tenemos a los maltratados, a los viejos, o a los que son víctimas del terrorismo.

Y ante esas situaciones extremas de desamparo y miseria, aparecen, aprovechando estos días de excesos, las campañas que claman por la solidaridad y la apertura de nuestras conciencias adormiladas.

Hace poco, las campañas se reducían al Día de la Banderita, la cuestión del Cáncer, el Domund y el rastrillo de Unicef. Daba gusto porque podías atenderlas a todas. Te pinchaban en la solapa para que el personal viese lo sobrado que ibas de generosidad y dormías como un bendito.

Hoy son tantos los que apelan a tu sensibilidad más recóndita que se hace casi imposible discernir cuál de esas campañas es más justa o más necesaria. Son tantos los maratones solidarios que es inevitable plantearse la honradez de quienes los crean, en una sociedad plagada de “nuevos negocios” (lease chorizos).

0 comentarios