Interrogantes

Mientras disfrutaba del espectáculo humano, pensaba en mis grandes objetivos para este nuevo año. Y llegué a la conclusión de que debía dejarme de cambios radicales y de esos buenos deseos (sí, los que todos sabemos: que se acabe la guerra y el hambre en el mundo). No debía pensar en utopías y sí en realidades; así que nada de alardear con metas irrealizables. Concluí que lo mejor es vivir el momento y ser lo más coherente posible y justo en mis acciones de cada día.
El problema llegó más tarde, aquí en el trabajo. María, la pequeña de la casa, me preguntaba acerca de los Reyes.
¿Cómo le explico a ella, por ejemplo, que si están en el Nacimiento como figuritas de cerámica, pueden por arte de magia ser capaces de traer así sin más una muñeca de Famosa o un Scalextric?. ¿Cómo puedo explicarle a ella que vengan en un lado a caballo, en otro en barco, en otro en helicóptero, en otro en limusina, en otro en tabla de windsurf?, y ¡además a la misma hora!. ¿Cómo explicarle también, que puedan leerse todas las cartas de todos los niños en tan poco tiempo?, y ya puestos, ¿cómo pueden controlar las cosas buenas y no tan buenas que se hacen durante todo el año para premiar con este o aquel regalo?. ¿Lo deciden solos, tienen jurado popular, hacen juicios rápidos los Reyes de Oriente?. Y los pajes, ¿qué me dices de los pajes?; seguro que no tienen ni convenio, ni un comité que los represente, ni cenas de empresa (¿de verdad se puede ir a comer tranquilo con el jefe?). ¡Un lío!, vamos.
2 comentarios
quesonlas2 -
Hojarasca -
Nuevecita en tu blog, pero volveré :)
:*