VENGANZA de barro

No tiene grandes complicaciones: cuanto más sencilla es la forma, menos desconfianzas despierta. El punto central de su campaña es muy simple: quedarse en la sala. Prohibido huir. Descartada la evasión que los cobardes recomiendan para curar las heridas.
Sí, se quedará en la sala y con esa medida tan inofensiva en apariencia hará mucho daño al rival. El hecho de convivir en el mismo lugar facilitará las cosas: cuando menos se la espere, él la verá -o la intuirá-. No podrá olvidarla aunque lo desee; no podrá quitársela de la cabeza aunque se lave el cerebro con la lejía del resentimiento.
Será su sombra y hará que su memoria, -tan frágil. Frágil porque quienes abandonan son unos expertos en vaciar archivos que no les interesa conservar-, no pueda eliminar los recuerdos que ella se empeña en mantener vivos.
Y cuando lo vea con su nueva conquista, no lo dudará: mostrará cordialidad y frialdad, hasta darle, con mano firme, el golpe de gracia. Él no titubeó a la hora de romperle el corazón con su indiferencia. Ella no vacilará en su operación de acoso y derribo.
No pretende recuperarlo, le basta con arañarle un poco la vida.
:: La pintura es del gran maestro Durero y representa a Némesis, la diosa griega de la venganza.
5 comentarios
Otra vez el del foro -
Uno del foro -
matias -
gracias por hacernosla llegar
Mel -
Muy bonito el blog! ;).
niña triste -