Fantasía y confianza

Son mis sueños, junto con la esperanza, lo que me hace avanzar, y avanzar poco a poco, pero sin descanso, teniendo en cuenta, cómo no, mis fracasos, mi desaliento en algunos momentos, la falta de apoyo y la vulgar realidad que me hace pensar a veces que lo imposible es realmente imposible.
Todos soñamos con algo. Tú, él, y todos vivimos rodeados de fantasías, de irrealidades, de quimeras que a la larga se pueden convertir, con esfuerzo y constancia, en eso que anhelamos. Podemos transformar la realidad, nuestra realidad.
Sí, todos soñamos con algo. Todos podemos escapar de la rutinaria cordura, y aprovechar el día presente dándole un vuelco a nuestra vida, gracias a la sana locura de la fantasía y de la confianza. Una locura alejada del desaliento, de los agobios y del qué dirán si hago lo que hago o digo lo que digo.
Los sueños dan sentido al momento presente. Al futuro. Y me diferencia a mí y te diferencia a ti. Soñar es pasión. Y ya lo dijo un filósofo en su día: más vale perderlo todo por una pasión que perder esa pasión.
No quiero despertar hasta que mis sueños se hagan realidad. Son ellos lo único a lo que puedo aferrarme para que esa burbuja en la que viajo continúe su camino.
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