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Hechicero

Estoy celosa

Estoy celosa Te has preguntado, amiga Maruchi, por qué no nos aplauden a nosotras?

Cada vez que estamos recorriendo cada rincón de nuestro entorno para deleitarnos con un concierto, una coral, una opera, un ballet, en fin, cualquier cosa que amemos, les regalamos un aplauso.

Aplauso en agradecimiento por lo que acabamos de percibir, de sentir, de imaginar, de soñar,...

En cualquier concierto, obra, o donde sea, la gente nos igualamos, con independencia de lo mucho o poco que entendamos de ese arte. Porque son los sentidos los que actúan, de forma desaforada; haciendo que te sientas unas veces en el Olimpo, y otras en el Jardín del Edén, rodeada de todo el Amor, (con mayúsculas), que tu necesites sentir.

Mi pregunta es, si nosotras, en cada uno de nuestros trabajos, hacemos que la persona a la que atendemos se vaya contenta, no sólo por el trato, sino por la audacia con la que satisfacemos lo que buscan... ¿Por qué a nosotras no nos aplauden?.

Un aplauso figurado, claro. Un aplauso que se puede convertir en un apretón de manos, en unas gracias. ¡Hace tanto tiempo que cuando atiendo a alguien, no me dan un apretón de manos!.

No voy a comparar mi trabajo con el de esas Divas que se sienten diosas en un escenario. Esas Divas que ensayan largas horas, calientan sus gargantas, viajan a diversas partes del mundo.

Amiga Maruchi, sé por qué les aplaudimos. Ellos nos hacen sentir, sentir algo ya olvidado, el placer de ver como alguien (aunque sea en sentido figurado), se enamora de forma que acaba muriendo por ese amor fracasado. Sentir ese movimiento de sus manos, ver el cisne más bello en esa mujer con tul blanco pureza. Reímos, sufrimos, sentimos. Y aplaudimos.

Cuando nos sentamos en una butaca, para ver estos espectáculos, no sabes quién te va a sorprender más: el que actúa, tu misma en las reacciones de gritar un ¡Bravo!, o tu amiga Maruchi con sus habituales comentarios.

Ya sé por qué a nosotras no nos aplauden. Nosotras no hacemos sentir.

Shissss... ya ensayan los músicos. Es el preludio de lo que vamos a escuchar. Se apagan las luces. Se levanta el telón y comienza el espectáculo.

Marisa Bahamonde

:: No sé si el de los demás, Marisa. Pero el aplauso mio ya lo tienes.

1 comentario

Dalinne -

Estoy visitando este blog, me ha gustado mucho y, me gustaría comentar en uno por uno pero no cuento con el sufiente tiempo, me detengo hacer un merecido comentario me parece fábulosa la manera de escribir de Marisa, además me parece una buena idea permitir a otros expresar sus pensamientos. Espero pronto enviar algo (como le hago para enviarlo?)