¡Socorro!
Socorro!. Socorro en rojo carmesí.
Una masa de individuos diferentes que va entrando, una masa que va avanzando imparable. Que se mueve, que grita, que susurra, que murmura,...Y el grito dramático de un náufrago navegando en medio de esa marea humana. ¡Socorro! en rojo carmesí.
Un grito con el que quiero traducir la sensación que me produce todo cuanto experimento a veces a mi alrededor. ¡Socorro!, porque yo, el Hechicero, soy zarandeado algunas noches por las ocurrencias de unos y de otros que se dedican a imaginar lo que podría ser y no soy, o dibujan una línea de conducta aceptable y predecible que debería ser estandarte ondeando a los cuatro vientos; se dedican a imaginar cómo sería el mundo si las tortugas volasen, o si los árboles tuviesen ruedas.
Son pequeños guerreros que exigen para sí, y usan como arma una cierta dosis de violencia verbal. Argumentos cargados de ingenio e inteligencia, pero sin encanto. ¡Socorro! bien grande y bien visible para expresar mi perplejidad.
Podéis cuestionar mis acciones, pero no mi amistad.
Una masa de individuos diferentes que va entrando, una masa que va avanzando imparable. Que se mueve, que grita, que susurra, que murmura,...Y el grito dramático de un náufrago navegando en medio de esa marea humana. ¡Socorro! en rojo carmesí.
Un grito con el que quiero traducir la sensación que me produce todo cuanto experimento a veces a mi alrededor. ¡Socorro!, porque yo, el Hechicero, soy zarandeado algunas noches por las ocurrencias de unos y de otros que se dedican a imaginar lo que podría ser y no soy, o dibujan una línea de conducta aceptable y predecible que debería ser estandarte ondeando a los cuatro vientos; se dedican a imaginar cómo sería el mundo si las tortugas volasen, o si los árboles tuviesen ruedas.
Son pequeños guerreros que exigen para sí, y usan como arma una cierta dosis de violencia verbal. Argumentos cargados de ingenio e inteligencia, pero sin encanto. ¡Socorro! bien grande y bien visible para expresar mi perplejidad.
Podéis cuestionar mis acciones, pero no mi amistad.
1 comentario
Akilah -
Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra.